Este cuento pertenece a Antología Saltarina 3 Ediciones Puerto de Palos.
Rosa llegó a casa una tarde de verano, para quedarse. Era prima de mamá y había nacido en Jujuy, hablaba poco y olía a menta. Ella decía que era porque a la gente del Norte se le quedan pegados el silencio y el perfume, para no extrañar.
Atado en la cintura llevaba un pequeño bolso de lana. "Acá tengo encerrados mi lugar y mi gente" solía decir.
-Debe ser una maga- pensaba yo. Así que una noche me fui hasta su habitación, en puntas de pie, a espiarla.
Por la cerradura vi cómo Rosa se soltaba las trenzas y su melena se convertía en una noche estrellada.
Después, sacó una quena del bolso y comenzó a soplar.
Una música dulce y alegre calentó el aire y a mí me pareció ver cerros de colores, gente bailando y cabras que pastaban.
Esa noche supe que la gente del Norte es como los magos.
Hace salir maravillas de un pequeño trozo de caña.
- Busca en Internet ¿cómo son los cerros de Jujuy? ¿Por qué la niña se los imaginaba de colores?
- Dibuja en Paint ¿cómo los imagina la niña mientras oía a Rosa tocar la quena?
- ¿Te animás a continuar la historia?
- Podés enviármela y la publicaré en mi blog: educuentos@gmail.com
Cerro de los Siete Colores, Purmamarca
1 comentario:
adoro esa historia es tan como la nena hablaba de manera tan bonita de su tirra es mas megusto tanto que hice un cuento igual pero es lo contrario a ese LO ADORO quizas lo publique alguna vez espero no me acusen de plaje ;)
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